Todos creemos que “odiamos” una parte de nuestro cuerpo. Mejor usemos eso que no nos gusta a nuestro favor, como un motivador para mejorar cada día.

Cuando algo no me gusta de mi lo cambio con y por amor propio, no porque “lo odio”. Sino porque me recuerda que siempre se puede mejorar y esta parte de mi cuerpo que “odio” es tan sólo un recordatorio de que tengo una meta por cumplir. Si lo haces con amor propio, y aceptación, disfrutas mucho más el proceso. Escuchas a tu cuerpo y le das lo que pide. Si lo haces con odio probablemente no consigues ese cambio porque siempre buscas más. Querernos, cuidarnos, aceptarnos cómo somos, sin conformarnos porque siempre se puede mejorar. La clave es siempre tener presente que con lo que tenemos AHORA debemos ser felices y partir de ahí para seguir mejorando.

Es hora de darle a eso que no te gusta de tu cuerpo un enfoque positivo. Una persona positiva convierte sus problemas en retos y metas por alcanzar, nunca en obstáculos.

#nosvemosenlabici